Los tips de belleza y consejos en general, ahora más que nunca, están ocupando un espacio en nuestras vidas, especialmente en redes sociales. Pero no todo vale para todos.
En estos días el COVID-19 está acaparando nuestras vidas, pasamos gran parte de nuestro tiempo sumergidos en redes sociales o frente al televisor y estamos saturados de información.
Después de no sé cuántos días de reclusión (la verdad es que no los cuento) en los que no me he aplicado ni una sola crema, he decidido empezar a hacer un ritual diario, no solo por mi piel sino por mi bienestar en general. En un principio había pensado dejar respirar unos días la piel para ayudar a mis células a regenerarse solas, ya que las tengo muy mal acostumbradas, debido a que me cuido, a veces en exceso. Aunque lo he cumplido durante algunos días, he empezado a echar de menos ese ratito para mí, conmigo misma, sin ruido, sin gente y sin coronavirus.
Así que, empezamos: mezcla en un bol (que no sea de plástico, por favor) 2 cucharaditas de café con arcilla en polvo y añade un poquito de agua hasta que se diluya por completo. Enciende una vela o incienso. A mí me encanta el olor del sándalo o del azahar, pero elige el tuyo, haz sonar tu canción favorita, esa canción que aún te pone los pelos de punta, que te hace bailar y siéntelo.
El momento ritual es ideal para relajarte, disfrutar de tu música favorita y dejarte llevar por esas sensaciones que nos aporta la cosmética sensorial.
La elección de este producto quizás se deba a que esa arena tiene propiedades geológicas ricas en oligoelementos antioxidantes que proporcionan a la piel un efecto calmante, refrescante y regenerador celular. Pero eso no es todo. El hierro, magnesio, silicio, potasio o calcio, minerales que tu piel necesita, también están presentes en la arcilla. La misma Cleopatra, última reina del antiguo Egipto, considerada la mujer más bella de la historia, utilizaba las arcillas como aliadas en su rutina diaria. Las usaba en la piel y el cabello, por su capacidad de absorción y eliminación de impurezas.
Hoy, después de extraer la arcilla, se deja secar al sol en finísimas capas hasta conseguir una base que será la que más tarde se aplique directamente en la piel, sola o mezclada con agua, dependiendo de los resultados deseados. Así, tras este proceso de secado, se logra enriquecer aún más las propiedades naturales de la arcilla.
Las arcillas del Mediterráneo son, pues, ideales como mascarilla facial, capilar o como envoltorio corporal, que dejan la piel limpia y libre de impurezas…quizás porque nuestra niñez sigue jugando en sus playas…
COMENTARIOS(1)
Genial! Esta tarde mascarilla de arcilla verde! Y un poquito de meditación mientras hace efecto!! ???